by Victoria Bembibre
Published on: Aug 30, 2006
Topic:
Type: Opinions

El estudiante se enfrenta a la decisión. ¿Qué será? ¿Qué estudiar? ¿Qué hacer? ¿Qué ser?

1. Lo primero es verse a sí mismo en el futuro.

El estudiante sabe que quiere estudiar. ¿Vemos un futuro definido?. ¿Qué otra cosa aparte de estudiar puede enriquecernos?. ¿El estudio es parte de ese futuro?. ¿Es una herramienta clave? ¿En quiénes nos convertimos en el futuro a partir del estudio?

2. Lo segundo es orientarse sobre el área de interés.

Al estudiante le interesan las humanidades y las ciencias sociales. Bah, al menos sabe que odia la matemática y las ciencias duras. Es un comienzo, ¿no? Lo que tienen de bueno las ciencias duras es que son así: duras, cerradas. En cambio las “blandas” son abiertas, múltiples, infinitas. Casi.

¿Qué sí y qué no?. ¿Qué áreas se relacionan con otras actividades que hacemos actualmente o con actividades que planeamos hacer?. ¿Cuál incluimos en nuestra visión del futuro?. Una elección es siempre un descarte de alternativas. Empezar por la negación de áreas o carreras es útil porque nos orienta sobre nuestra visión de nosotros mismos a largo plazo. Siempre que en el medio encontremos alguna afirmación…

3. ¿Qué información tenemos sobre un área o campo?. ¿Qué preconceptos influyen en nuestra decisión?. ¿Distorsionan éstos nuestra percepción?

Como sea, el estudiante está pensando que prefiere un área amplia, así evita equivocarse con algo demasiado específico que luego lo decepcione. Psicología, pedagogía, sociología y ciencias políticas son opciones interesantes. Pero últimamente sólo escucha hablar de comunicación. Acá y allá: periodismo, nueva comunicación, nuevos medios, periodismo digital, etcétera. Parece una opción razonable; con futuro. Siempre va a haber comunicación, ¿no?.

Pero nada ni nadie, y menos el estudiante, está seguro hoy en día.

Nunca hay que perder de vista lo que nos apasiona más allá de todo factor externo, lo que nos mueve a pensar y crear.

4. Herramientas de orientación vocacional: ¿Qué preguntas y respuestas nos brindan?. ¿Son siempre necesarias?

Con una idea más o menos difusa, el joven se acerca a la Expo Educativa 2006, porque dicen que hay charlas gratis de orientación vocacional. La EXPO EDUCATIVA 2006 se escribe con mayúsculas. El predio tiene 10.000 m2, hay gran cantidad de talleres y actividades gratuitas (el estudiante contó alrededor de 135), multitudes de 3eros, 4tos y 5tos años de colegios de todo el país, expositores por doquier (más de 120, entre universidades, institutos terciarios y otros) y, en fin, mucha pero mucha nueva información para el estudiante.

El taller de orientación vocacional sirve, entre otras cosas, para dar cuenta de la enorme oferta de cursos y carreras. Y para reafirmar al estudiante en el curso de la comunicación. Eso cree al menos. Y también está la charla “Qué carrera elegir”, lo cual hasta es un contrasentido teniendo en cuenta el despliegue de la Expo Educativa. Pero por lo menos ahora el estudiante conoce dos nuevas herramientas en su ardua misión: un portal web y una guía.

Primero, lo primero. El estudiante compra la Guía 2006; la que pesa más de 2 kilos. La oferta es también inmensa y es difícil acceder a una idea precisa. Visita al portal Universia y la búsqueda de “comunicación” le arroja 154 resultados. Y eso sólo en cuanto a carreras de grado.

Las herramientas de orientación vocacional son una parte de la elección, pero es claro que operan como elementos accesorios, de ayuda, no fundamentales. La decisión siempre es del estudiante. Las herramientas, si no facilitan, molestan.

5. ¿Qué pasos conviene seguir una vez que definimos la carrera?

También covendría visitar los sitios de las Universidades. Cada una tiene un plan distinto. Casi todas las universidades que el estudiante conoció en la Expo Educativa tienen carreras relativas a la comunicación. Es claro que ahora tiene más conocimiento de los planes, de los títulos, de las materias y de las orientaciones.

El estudiante asiste entonces a algunas charlas orientativas particulares de cada universidad. Sirven, claro, pero más que nada son una promoción de la universidad y de la carrera misma. Todas lo entusiasman pero tiene que elegir una sola. La UBA tiene un buen respaldo académico y teórico, pero también tiene el CBC y muchos años de cursada. La Universidad del Salvador, por ejemplo, tiene un buen plan, pero sólo con orientaciones al periodismo o a la publicidad. La UADE y la Austral son alternativas, pero muy caras. Y ésas son sólo 4, le quedan 150.

Es clave siempre tener muy en cuenta el plan de estudios y cuán cómodos nos vemos con él, qué posibilidades nos brinda, que salida laboral ofrece, estímulos e intereses a largo plazo.

6. ¿A quién recurrir ante la duda?

Una buena guía alternativa para el estudiante siempre la constituye la familia, los amigos, los que ya pasaron por esto. Pero, al final, el estudiante siempre está solo con su decisión.

Así que ahí tenemos al estudiante. Quizás encuentre su carrera ideal (o descubra que hay muchas carreras ideales). Tal vez concluya que ninguna carrera es la ideal, o que no es este el momento indicado para empezar a estudiar. Que también es posible comenzar con un curso mientras la decisión correcta madura. O buscar experiencias en el campo laboral. O seguir explorando. O seguir reflexionando sólo o en grupo; siempre hay una charla que puede estimularnos.

O pensar, siempre volver a pensar. Esa es la esencia de todo estudiante.


---------------------------------------------------------------

Nota: Este artículo integra el Nro. 7 de la Revista Virtual InterJóvenes

« return.