TIGed

Switch headers Switch to TIGweb.org

Are you an TIG Member?
Click here to switch to TIGweb.org

HomeHomeExpress YourselfPanorama¿A qué saben los transgénicos?
Panorama
a TakingITGlobal online publication
Search



(Advanced Search)

Panorama Home
Issue Archive
Current Issue
Next Issue
Featured Writer
TIG Magazine
Writings
Opinion
Interview
Short Story
Poetry
Experiences
My Content
Edit
Submit
Guidelines
¿A qué saben los transgénicos? Printable Version PRINTABLE VERSION
by Adolfo Córdova Ortiz, Mexico Jul 20, 2005
Health   Opinions
 1   Next page »

  

A engaño, a ceguera, a corrupción, a más años en el mismo sistema político que se alegra alimentando la ignorancia. Saben a un silencio que inició en 1995, cuando los transgénicos fueron introducidos en México sin que se informara a los ciudadanos.

Llevamos diez años consumiendo Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Maíz, papa, jitomate, canola, soya y algodón, son tan sólo algunos de los cultivos afectados. De ellos se derivan ingredientes de muchos alimentos (cereales, tortillas, salsas, sopas enlatadas, frituras, golosinas…)

¿Las consecuencias? Dudosas. Bueno o malo, lo cierto es que somos muy jóvenes en genética para conocer el impacto que a mediano y largo plazo puede causar en el ambiente la introducción de seres vivos transformados. De acuerdo con el documento “No te dejes engañar” publicado por varias asociaciones, entre ellas Greenpeace, Colectivo Ecologista Jalisco y la Organización Comercial Indígena, cabe la posibilidad de que el consumo de transgénicos u OGM, ocasione alteraciones en el organismo, como resistencia a los antibióticos y afectaciones al sistema inmunológico, pues en el proceso de elaboración de OGM se usan antibióticos.

Además en el mismo documento se informa: “Se han creado mutaciones para producir fármacos e incluso productos ambientales. Algunas variantes de maíz transgénico generan sustancias farmacológicas.

Estas últimas dieron origen a protestas en EUA, donde los consumidores y organizaciones ambientalistas temen que esos OGM sean consumidos accidentalmente por humanos y ocasionen problemas de salud. Por desgracia, algunos campos de maíz convencional ya fueron contaminados por esta variante farmacéutica”.

Areli Carreón, coordinadora de la campaña de consumidores de Greenpeace México, expuso en un foro de culturas indígenas de la Universidad de las Américas Puebla: Tlamachiliztli, la necesidad de exigir a las autoridades añadir un artículo a la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, aprobada en diciembre 2004, donde se obligue a las empresas que utilizan transgénicos a indicarlo en las etiquetas de sus productos. Así cada uno de nosotros podrá responsabilizarse al consumir los OGM. Y para demandarlo públicamente, grupos de civiles han acudido a la Procuraduría Federal de Defensa del Consumidor (Profeco) en el DF, Puebla, Guadalajara y Monterrey, con pancartas, los ojos vendados y alimentos en las manos, de Bimbo, Nestlé, Cocacola, Marinela, Pepsi, Kellog’s, Sabritas, y muchos más, cuyos productos contienen transgénicos (para ver la lista completa de marcas con transgénicos: www.foroendefensadelmaiz.galeon.com). Bastantes países ya han conseguido el etiquetado obligatorio: Japón, Nueva Zelanda, Australia, Corea, China, República Checa, Croacia, la Unión Europea, entre otros.

Del maíz transgénico, Arreola, evidenció la amenaza de extinción que sufren las diferentes clases de maíz en nuestro país, muchas de ellas ya contaminadas, pues la importación de maíz mexicano de Estados Unidos (una de las más grandes paradojas que se han inventado nuestros hábiles políticos) desplaza el cultivo tradicional de maíz y homogeniza el consumo de una sola clase de maíz en México.

Otro dato revelado en “No te dejes engañar” es la procedencia de los OGM. Estados Unidos produce el 66 por ciento del total de transgénicos, Argentina 23, China 4 y el uno por ciento restante se reparte entre Australia, España, Brasil y México.

El tema se suma a la lista de grandes debates sociales. Transgénicos: ¿representan un perjuicio al medio ambiente, a nosotros, o resultan una alternativa para “solucionar la hambruna”? No podemos asegurar ninguna de las dos con certeza. Por otro lado, hay que entender que la ilusión paternalista de acabar con el hambre, debería centrarse en cambiar las políticas económicas que satisfacen a unos pocos y dejan al resto en la estadística de pobreza, y no en la producción desmedida de alimentos cuyos efectos a largo plazo podrían ser nocivos.

La realidad es que la sociedad no está informada, muchos creemos que los transgénicos son un apartado futurista en la mente de los científicos y ya forman parte de nuestra dieta diaria. Además del posible daño que pueda ocasionarnos consumirlos, está el hecho de que las autoridades no nos informen. Olvidan, una vez más, varias leyes, una de ellas la Ley Federal de Protección al Consumidor que en su artículo 1, contempla "la educación y divulgación sobre el consumo adecuado de los productos que garanticen la libertad para escoger, así como el otorgamiento de información y de facilidades a los consumidores para la defensa de sus derechos”. Por qué no informarnos de aquello imprescindible para los seres vivos: la alimentación.

Debemos asumir posturas social y ambientalmente más responsables. Mientras tanto, elegir alimentos caseros, provenientes de hortalizas particulares y elaborados en pequeña escala, podría ser una opción para darle a nuestro organismo los nutrientes que necesita de manera sana y natural. Abramos la boca para exigir no para consumir transgénicos. Probemos el sabor de decidir qué comemos.





 1   Next page »   


Tags

You must be logged in to add tags.

Writer Profile
Adolfo Córdova Ortiz


This user has not written anything in his panorama profile yet.
Comments
You must be a TakingITGlobal member to post a comment. Sign up for free or login.