by Julián Profeta
Published on: Mar 16, 2005
Topic:
Type: Opinions

Esta historia la tengo en mi tigblog, como me pareció interesante revalorizarla por su carácter histórico y para recordar a los que se lo merecen, decidí publicarla aquí.

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En 1962, James Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins fueron premiados con el Premio Nobel en Fisiología y Medicina, por su descubrimiento acerca de la “doble hélice” característica del ácido desoxirribonucleico. Pero, ¿cómo llegaron a descifrar tal estructura?

Hacia 1950, el biofísico neocelandés Maurice Wilkins se encontraba realizando distintos estudios sobre la controversial molécula. Sin embargo, él no era el único. Rosalind Franklin, fisióloga británica, arribó al mismo laboratorio para comenzar a trabajar en la estructura del ADN. Era una mujer solitaria y obstinente, quien había aprendido la técnica de difracción de rayos X. Desde el primer momento no simpatizó con Wilkins, quien llevado por la misoginia y la competencia no estaba dispuesto a dejarse apartar de la investigación.

Maurice Wilkins había descubierto la presencia de ácidos nucleicos en una difracción de la molécula. Al mismo tiempo, Rosalind se dedicó a interpretar los patrones de difracción. El norteamericano James Watson, quien presenció varias clases de Franklin sobre el tema, de inmediato se interesó al ver el gran valor de la estructura. Se puso a trabajar junto con el británico Francis Crick, y comenzaron a imaginar su estructura utilizando modelos atómicos a escala. La “carrera hacia el ADN” se había iniciado.

De esta manera, Watson y Crick llegaron a una conclusión: un modelo helicoidal con tres cadenas, con las bases nitrogenadas hacia afuera. Cuando esto fue comunicado a Rosalind, sostuvo que el modelo no podía ser correcto, por lo que el laboratorio prohibió a Watson y Crick seguir con las investigaciones. Pero esto no les representaría un obstáculo: Watson se dedicó a estudiar el ARN de un virus, lo cual lo llevaría de igual manera a aproximarse a la estructura del ADN.

Por su parte, Rosalind continuó trabajando sola, y descubrió, mediante sus difracciones de rayos X, que la forma hidratada de la molécula mostraba una especie de hélice. Pero no quería comunicar su hallazgo hasta no tener la evidencia suficiente que probara su tesis.

La frustración de Maurice Wilkins frente a esto fue tal que tomó las fotografías de Franklin y se las mostró a Watson. Cuando él las vio, todo le fue evidente. La molécula estaba formada por una doble. Estos resultados fueron publicados casi inmediatamente en la revista “Nature”.

Rosalind desconocía que sus fotografías estaban siendo utilizadas para llevar adelante la investigación, e incluso uno de sus informes fue entregado a Watson y Crick para ser utilizado en su beneficio sin su consentimiento. Mas ella no se quejó tampoco, tal vez para evitar ser criticada.

A la edad de 37 años, Rosalind Franklin fue diagnosticada con cáncer de ovarios, causado, quizás, por su frecuente exposición a los rayos X. La corta e insatisfactoria vida de la joven fisióloga culminó el 16 de abril de 1958, cuando fallece en la capital de su tierra natal. Cuatro años más tarde, Watson, Crick y Wilkins recibieron el Premio Nobel por sus estudios. Si bien este premio no es otorgado a personas difuntas, en su discurso nombraron noventa y seis referencias, ninguna referida a ella.

Rosalind Franklin dedicó su vida a la genética molecular, y utilizó la técnica de cristalografía para estudiar los ácidos nucleicos. La ciencia, a pesar de sus logros, parece no haberla tenido en cuenta. Sus esfuerzos descansan hoy en una pequeña placa recordatoria que yace en su barrio natal. Su importancia fue subestimada, y su reconocimiento, nulo.

Esto demuestra la injusticia que invade el mundo por querer sacar ventaja del otro.

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