by Cristino Alberto Gómez Luciano
Published on: Aug 7, 2007
Topic:
Type: Short Stories

La tarde del día 25 de noviembre de 1960, la República Dominicana se vistió de luto. Ese luto aceleraría los hechos para que seis meses después el país se liberara del manto que le cubrió por años.

Se trata del día en que las hermanas Minerva, María Teresa y Patria Mirabal Reyes, oriundas de Ojo de Agua en Salcedo e hijas de Enrique Mirabal y Mercedes Reyes, fueron asesinadas a palos junto a Rufino De la Cruz Disla, el chofer que las acompañaba al regreso de su visita a la cárcel donde se encontraban como presos políticos el doctor Manolo Tavares Justo y Leandro Guzmán, los esposos de Minerva y María Teresa, en Puerto Plata.

Las hermanas Mirabal, bellas por naturaleza, fueron mujeres de gran coraje para luchar ante un régimen como el de la Era de Trujillo, y en esos tiempos en que la mujer tenía limitado el acceso a la vida pública. Minerva, que siempre fue admirada por su valentía e inteligencia, se convirtió en la primera mujer dominicana que ingresó a la facultad de derecho, por una petición que hiciera al Generalísimo (Rafael Trujillo). Éste le "dio la oportunidad" de ingresar a la facultad; sin embargo, cuando ella terminó la carrera de derecho -ya casada con Manolo- le negó el título, alegando que le había prometido ingresarla a la facultad, no ejercer la abogacía. Esta fue una razón más para que la joven mujer, quien había estado ya involucrada en un movimiento de estudiantes universitarios antitrujillistas (el Movimiento 14 de Junio), acrecentara el sentimiento contra el régimen.

Las tres hermanas fueron apresadas varias veces, al igual que los demás miembros del movimiento, y habían tenido, como muchos hubieran deseado, la suerte de ser liberadas. Sin embargo, previo al 25 de noviembre Trujillo les armó un plan para que murieran cazadas e indefensas. A la vuelta de Puerto Plata les esperó un grupo de guardias del Servicio de Inteligencia Militar que ejecutó el crimen.

"Si me matan... yo sacaré mis brazos de la tumba y seré más fuerte", había escrito Minerva. Efectivamente, sus cuerpos murieron pero su espíritu quedó sembrado en las almas de muchos dominicanos. El 30 de mayo del 1961, el "Benefactor y Padre de la Patria Nueva" sería asesinado para así terminar la Era.

La muerte de las Mirabal constituyó uno de los crímenes más terribles en aquellos años, y con ella el Generalísimo se ganó muchos nuevos enemigos a nivel mundial.

En el año 1981, se reunió en Colombia un grupo de mujeres en el "Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe", acto durante el cuál la delegación dominicana propuso que el 25 de noviembre fuera declarado Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, en memoria de las heroínas de su patria que habían sido asesinadas un día como ése, veintiún años antes. La propuesta fue acogida por unanimidad, y el tema sería parte de muchos encuentros internacionales sobre la No Violencia.

Las hermanas Mirabal son recordadas hoy como mujeres que lucharon con valentía en favor de la liberación del pueblo entonces oprimido de la República Dominicana.

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