by Laura Müller
Published on: Jul 20, 2007
Topic:
Type: Opinions

Marzo 2007: Ricardo terminó con su novia y como acostumbra, cuando termina una relación para pronto nos marca para ver donde hay fiesta;
Ricardo: ¿Qué haciendo Güera? ¡Vamonos de cacería! márcale a Lizeth y yo le llamo a Daniel.

Laura: ¡Ya tas! ¿Pasas por nosotras?
Hacia rato que no nos veíamos y sonaba divertido una noche de cacería, estábamos los cuatro de nuevo en el mercado de solteros, así que salimos, fuimos a un antro, a dos, a tres, para no hacer el cuento largo fuimos a un total de seis antros, toda la noche nos la pasamos deambulando de lugar en lugar, terminamos fastidiados en el ultimo antro sentados bebiendo una cerveza, agotados de; ¡patear loncheras!, ¡los pubertos pululan en todos lados! Eran como una plaga que invadía cada lugar al que fuimos, una peste bubónica infestando cada antro y bar de la ciudad.

Esa noche, terminamos comiendo unos tacos a las dos de la mañana platicando cómo alguna vez fuimos parte de esa plaga.

¿Donde esta la gente de 26 para arriba? ¿Dónde se esconde la generación “X”? ¿Se los tragó la tierra? ¿Están todos casados? ¿Salen demasiado cansados del trabajo como para salir a divertirse? ¿O será que un día decidieron salir de cacería y terminaron fastidiados observando como las personas de nuestra edad son cada vez más escasas, y decidieron no volver a sufrir una noche infestada de adolescentes?

Durante el año 2000 la población de México alcanzó alrededor de 97.4 millones de habitantes, de los cuales 33,619,437 son jóvenes, lo que constituye un 34.5% de la población. Las personas entre los 20 y 35 años pertenecemos a una generación sándwich, estamos viviendo parámetros que las generaciones pasadas no habían tenido necesidad de vivir, para personas de nuestra edad en las generaciones arriba de la nuestra, la opción era casarse o tener una modesta vida en ésta urbe. Somos una generación que esta abriendo paso a la que sigue y nos toca sufrir las consecuencias, nos interesa nuestra profesión, el tener lana para gastar, viajar, conocer. Las opciones y condiciones del mundo laboral y la influencia de otras culturas, hacen que gran parte de nosotros tengamos metas diferentes a las que tuvieron nuestros padres; donde la realización profesional, los viajes y el crecimiento espiritual se anteponen a los parámetros “normales”.

Nuestro conflicto se basa en no seguir el modelo de la generación anterior, en ser punta de lanza, en encontrar nuestro lugar entre dos generaciones. Y al no haber existido anteriormente este fenómeno en jóvenes-adultos las opciones que tenemos tanto de esparcimiento como de comprensión por personas mayores a nosotros nos pone en conflicto, lo que termina en un fenómeno de resignación, adaptación o emigración…

Muchos de nosotros, nos empezamos a ahogar en este lugar…las opciones y el crecimiento se acaban, como nos sucedió a nosotros cuatro que terminamos cenando tacos después de una cacería fallida. Lizeth, se mudó a una ciudad más grande buscando nuevos horizontes, Ricardo regresó con su novia y es todo un señorcito, Daniel y yo… bueno, Daniel y yo, seguimos pateando loncheras los fines de semana…

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