by CHRISTIAN PARDO REYES
Published on: Jul 16, 2007
Topic:
Type: Opinions

Salón“ Baquijano y Carrillo”
Ilustre Colegio de Abogados de Lima
Lima, 21 de junio de 2007

Discurso de orden a cargo de :

Christian Pardo Reyes
Presidente de la Comisión de
Asuntos Universitarios y de la Juventud
Ilustre Colegio de Abogados de Lima

Permítanme hacer una aclaración. Quien está frente a ustedes fue, en aquel tiempo, estudiante de Derecho y Ciencia Política de la Universidad de San Martín de Porres, y con conocimiento de causa y rigor histórico, quiero compartir con ustedes una vivencia que marcó para siempre, mi vida y la de decenas de miles de jóvenes, que manifestamos de manera pública y noble lo que pensábamos de lo que sucedía a nuestro alrededor. Millones de telespectadores vieron por televisión a la juventud peruana de otra manera. De alguna forma también cambiaron su forma de ver la escena política.

Mi exposición puede ser considerada como especie de bitácora, por ello acompáñenme a hacer una retrospectiva histórica de los hechos. Si hoy estamos conmemorando los diez años de la defensa de la democracia por la juventud peruana, es por que en el año 1992 -exactamente el cinco de abril - Alberto Fujimori se ejecutó un autogolpe, so pretexto de ¨ordenar¨ al país y luchar frontalmente contra los grupos terroristas Sendero Luminoso y el M.R.T.A. que tenían sitiado prácticamente al país.

Nuestro débil sistema democrático estaba en jaque. Justificación perfecta para poner mano dura. Drástico con los malos y corruptos, dadivoso con los pobres. Fórmula exitosa para aquellos que se perfilan como perversos dictadores.

Disolvió el Congreso de la República, el Tribunal de Garantías Constitucionales, el Consejo Nacional de la Magistratura; intervino el Poder Judicial, entre otras instituciones. Dicho acto fue aplaudido por la gran mayoría de peruanos y valgan verdades el pueblo se harto que los políticos, jueces y funcionarios públicos en general, no le resolvieran los problemas que los aquejaban.

Derrotado aparentemente el terrorismo y la ¨Tolerancia a Fujimori ¨ de la O.E.A. en Nassau, en mayo de 1992, se convocan a elecciones para el denominado Congreso Constituyente Democrático, culminando éste su trabajo al someter a referéndum una nueva Constitución. En ese proceso hubo denuncias de fraude que nunca fueron investigadas. De esta manera el 31 de octubre de 1993 el Perú tuvo su Constitución número catorce.

En la nueva Constitución estaba previsto, entre otras cosas, la conformación de un Tribunal Constitucional, siendo elegidos por el Congreso de la República los doctores Ricardo Nugent López Chávez presidente del mismo y ex rector de mi Universidad, Guillermo Rey Terry ex decano de mi Facultad, y así como Francisco Acosta Sánchez, Manuel Aguirre Roca, Luis Díaz Valverde, Delia Revoredo Marsano, y José García Marcelo mi tristemente recordado profesor de Introducción al Derecho... ¡Ironías es la vida!. Se instaló el 24 de junio de 1996.

Estaba claro en aquellos años, que Alberto Fujimori y el corrupto grupo que lo acompañaba, querían quedarse más tiempo en el poder más de lo que imaginábamos. Ya han pasado diez años y gracias a los ¨vladivideos¨, pudimos darnos cuenta, que tenían comprados a todos. Desde congresistas, miembros del Jurado Nacional de Elecciones, jefe de la O.N.P.E., altos mandos militares hasta dueños de los medios de comunicación. La gente pobre era manipulada condicionándole la entrega de alimentos, ropa, títulos de propiedad, etc. a cambio de apoyo al nipón Fujimori.

Así las cosas, el Congreso de la República aprueba el 23 de agosto 1996 la Ley No. 26657, la inefable Ley de Interpretación Auténtica del artículo 112° de la Constitución, que pretendía habilitar a Fujimori para un tercer periodo presidencial consecutivo. Aparentemente el extraditable, tenía el camino libre para postularse a una Re - Reelección.

Las cosas se vislumbran diferentes el 29 de agosto de 1996, cuando el Colegio de Abogados de Lima, siendo decano el Dr. Vladimir Paz de la Barra, presentó una acción de inconstitucionalidad contra la controvertida norma, declarando el Tribunal Constitucional el 27 de diciembre del mismo año la inaplicabilidad de la norma y no su inconstitucionalidad. El 3 de enero de 1997 mismo año, durante la segunda votación, los señores Aguirre Roca, Rey Terry y Revoredo Marsano votaron, como lo habían hecho anteriormente, por la inaplicabilidad de la Ley No. 26657. Con ello, el dictador Fujimori quedaba fuera de la carrera presidencial para el 2000. Por ese motivo el 28 de mayo de 1997, en la medianoche luego de 14 horas de sesión, el Congreso por 52 votos contra 33 y una abstención, resolvió destituirlos como magistrados del Tribunal Constitucional.

El valor que tienen las instituciones como el Tribunal Constitucional es que es el organismo encargado de velar por la vigencia y supremacía de la Constitución. La democracia requiere de instituciones sólidas y lúcidas, ya que bajo regímenes corruptos y dictatoriales como el de Fujimori y Montesinos, se vuelven en un verdadero un peligro y detiene a los que pretenden controlar espuriamente al Estado. Todos debemos cultivar y proteger a nuestro Tribunal.

Y donde están los jóvenes?

El país veía todo ello en vivo y en directo, pero a ciencia cierta no sabía la trascendencia de la defenestración de estos valientes magistrados. Por otra parte, Francisco Tudela acababa de ser elegido presidente de la XXVII Asamblea General de la O.E.A., que se desarrollaba en Lima. Era considerado prácticamente un héroe, tras la exitosa Operación Chavín de Huántar. Eran situaciones completamente contradictorias.

Tuvimos conversaciones con algunos docentes, quienes nos ponían al tanto del acontecer político y del verdadero trasfondo de los hechos suscitados. También establecimos coordinaciones con diferentes estudiantes que nos traían información del Foro Democrático, que en esos tiempos reunía a los principales líderes de oposición.

Hay que recordar que la juventud en general estuvo despreocupada de los temas de interés público, sobre los de sectores universitarios medios y altos. Un grupo humano aparentemente conformista, frívolo e individualista. La historia no registra un precedente de lo que se venía. Siempre y por tradición, los estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, eran los convocantes y conductores de cualquier protesta. Atrás iban a quedar los recuerdos del protagonismo estudiantil de antaño como en los años 80, 60 y 50.

Los primeros días de junio el Movimiento Universitario Justicia, grupo estudiantil del cual era Secretario General en aquel momento, utilizó su pizarra para hacer la convocatoria. Esta pizarra era asignada por las autoridades universitarias. Este medio de expresión sólo existía en Derecho y no en otras facultades y corríamos el riesgo que nos la quitaran.

Así fue que llamamos a los estudiantes de Derecho - a pesar que se la había denominado en principio “Marcha Pacífica por la Democracia”- a que se unan a la “Marcha por la Defensa de la Democracia y el Estado de Derecho”. Sonaba más familiar y contundente.

La cita fue para el día martes de 3 junio de 1997, a la una de la tarde, en el obelisco de antiguo local de la Facultad de Derecho, en la Av. Javier Prado, San Isidro.

Improvisadamente, mientras un grupo preparaba algunas pancartas y mensajes con papelotes, lapiceros y plumones de colores, otro grupo confeccionaba una banderola con el nombre de nuestra Universidad. No había mayor aparato logístico. La espontaneidad fue la característica principal de esta y todas las manifestaciones que se dieron, desde ese día hasta la caída del régimen.

Una vez que fuimos un grupo como de más o menos 30 muchachos, nos dirigimos con destino Parque El Olivar de San Isidro, sorteando a la Policía que se encontraba custodiando la Avenida Javier Prado. Había un cordón de seguridad como de 5 cuadras a la redonda, pues se reunía en las instalaciones del desaparecido Hotel Oro Verde (hoy Swissôtel Lima), ubicado en el distrito de San Isidro, nada menos que la XXVII Asamblea General de la O.E.A.

Nos concentramos en la fuente de agua del Parque. En un principio éramos algo de 50 personas, estudiantes de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres los más y alumnos de la Universidad de Lima en menor proporción. También hubieron jóvenes que llegaron en pequeños grupos o solos también. Mientras pasaban los minutos, más gente iba llegando, hasta que se logró concentrar un número más respetable de jóvenes. Nadie tenía certeza de la cantidad de gente que iba a llegar.

Por las arengas y exclamaciones realizadas, se notaba que era un grupo inexperto en estos menesteres. La mayoría de ellas sonaba a los cánticos que escuchamos en los estadios, de la barras de nuestros clubes de fútbol preferidos.

¡Somos Estudiantes, no somos Terroristas! ¡Abajo la Dictadura! ¡Democracia SI, Dictadura NO!. Vivas por cada magistrado desaforado del Tribunal Constitucional, incluido el doctor Ricardo Nugent, pues sabíamos que renunciaría al Tribunal.

La marcha se inició con una orden de la policía de no dejarnos cruzar El Olivar hacia el evento de la O.E.A. Caminamos pocas cuadras hasta llegar al Colegio de Abogados, donde se nos unió su decano Dr. Vladimir Paz de la Barra, su directiva y el granítico Oficial Mayor de la Orden, Gabriel Pita. Marchamos por las principales calles de los distritos de San Isidro y Miraflores. Esta fue la ruta: avenidas Santa Cruz, Conquistadores, Camino Real. Aquí se realizó un plantón frente al Golf de San Isidro, en donde espontánea y libremente los estudiantes improvisaron pequeños discursos.

Como la policía nos impidió el pasó hacia el Hotel Oro Verde, continuamos por la misma Camino Real hacia el Óvalo Gutiérrez, avenidas Comandante Espinar, Pardo, el Parque Kennedy y luego la Arequipa. Caminamos por barrios que jamás habían visto una manifestación de este tipo. Los vecinos no dejaron mostrarnos su beneplácito y aprobación. Fue muy emocionante. También nos acompañaban motocicletas sin placas y cuyos conductores tenían cascos oscuros. Burdo seguimiento.

La marcha irradiaba alegría y frescura, fue limpia y sin violencia. Nada que la vinculase con lo tradicional, con los partidos políticos. Es verdad, había calado en los 90´ el mensaje anti-partidos, pero no era culpa nuestra. Era culpa de los políticos corruptos que tanto daño le hicieron al Perú.

Si nos ubicamos geográficamente, todas las locaciones estaban muy cerca, lo que explica el éxito de la convocatoria y como generó el primer chispazo que encendió la pradera.

En el camino se nos unieron más estudiantes, llegamos a ser unos 500. A la altura del Canal ATV en la misma avenida Arequipa, muy cerca del Olivar, fuimos en busca del apoyo periodístico de César Hildebrandt. El destacado comunicador tenía un programa en dicho canal de televisión. Nos anunciamos para que nos atendiera. Sólo autorizaron el ingreso del decano del Colegio de Abogados. No estábamos para esperar. La euforia y la adrenalina ya se había apoderado de los jóvenes manifestantes. Por cosas del destino, había poca presencia policial. Esta fue superada por una buena cantidad de universitarios que se echaron a correr, con la alocada misión de llegar al objetivo. Es en esas circunstancias que se produce la primera gresca entre la policía y estudiantes de universidades privadas y en un teatro de operaciones diferente en la historia del Perú.

Desde mi punto de vista lo que hizo que las subsiguientes manifestaciones fueran una verdadera eclosión social, fue porque la opinión pública se sensibilizó ante respuesta desproporcionada de la Policía frente a estudiantes de universidades privadas, incapaces de agredir - en la calle- a alguien y que hacían un reclamo justo y de manera pacífica. El saldo fue trece estudiantes detenidos por la policía, heridos y mujeres golpeadas. Las fuerzas del orden no dudaron en repeler nuestra movilización usando caballos, gas lacrimógeno, disparos y el uso de vehículos rompe manifestaciones. Ni a los de las barras bravas habían tratada así. Simplemente un abuso.

Justificaron dicha acción bajo el argumento que había orden de máxima seguridad por la presencia de los delegados de la O.E.A. Los medios de comunicación se dieron cuenta de ello. Todos los noticieros esa noche pusieron como noticia principal la protesta, resaltando la paliza que recibimos. Al día siguiente el diario La República Titulo “Alto a la dictadura”, graficando con fotografías la manifestación y a un estudiante tendido en el suelo junto con unos policías forcejeándolo. El Comercio publicó una nota con fotografía la manifestación estudiantil en sus paginas interiores. Podemos afirmar que la marcha del 3 de junio de 1997 fue “La madre de todas las marchas”.

Esas imágenes provocaron entre la opinión pública indignación y solidaridad con nuestras causas. La juventud universitaria había causado un gran impacto político y social por su participación en una protesta civil. Ganamos credibilidad.
Esa noche en un acto de desagravio, el Colegio de Abogados de Lima le confirió a los magistrados destituidos Orden Vicente Morales y Duárez. También estuvo presente Gustavo Mohme Llona en su calidad de coordinador del Comité Cívico por la Democracia. El auditorio del Colegio estuvo completamente lleno, no sólo con la presencia de abogados, sino también de estudiantes y sindicalista. El pueblo empezaba a sintonizarse.

La mañana siguiente periodistas de ATV, nos entrevistan en el frontis de la Facultad de Derecho. En ella contamos con cierto recelo, como se llevó a cabo la protesta y diciéndole a la teleaudiencia que lo hacíamos porque se estaba alterando el Estado de Derecho y el sistema democrático y convocándolos a que sigamos saliendo a las calles, para que impidiésemos que Fujimori y su gente se queden más tiempo en el poder.

Se generó una especie de ansias de revancha, reivindicación y de defensa de nuestros ideales. Queríamos vivir en un país donde se respeten nuestros derechos, vivir en Democracia. La Revista Caretas calificó las manifestaciones de la primera semana de junio como Rebelión Estudiantil en su carátula.

El 4 de junio salimos de nuevamente, pero ahora hacia el Centro de Lima, desde el Parque Universitario hasta el Congreso de la República y posteriormente por la avenida Emancipación donde los estudiantes saludamos a los miembros del Tribunal. En esa ocasión fuimos cerca de 1000 estudiantes. Ese día también salió el Partido Aprista.

La C.G.T.P. que tiempo atrás había convocado otra marcha para el 5 de junio, los estudiantes decidimos participar. Para ello nos concentramos en la Plaza Francia. Marchamos hasta la Plaza Bolívar frente al Congreso en donde, como nunca antes, el Perú estaba unido: Estudiantes, sindicatos de trabajadores, jubilados, desempleados, madres de familia con hijos en brazos, allí estaban.

La juventud demostró tolerancia y buen ánimo por ser parte de la misma acción de protesta. La prensa la consideró como “la marcha más grande de los años 90” o “la más grande de los últimos 20 años”.

Luego de aquellas movilizaciones se formaron varios grupos juveniles como Todas las Artes, Todas las Sangres, con el maestro Víctor Delfín el mismo año 97, la Coordinadora Estudiantil y el Comité Cívico 4 de Junio en el 1998, Frente Amplio Juvenil 1999 o Jóvenes contra la dictadura a fines del 99. Hasta en plena campaña electoral del 2000 los estudiantes de todo el país fuimos observadores del proceso electoral y luego de denunciado el fraude salimos a las calles nuevamente a impedirlo. También estuvimos en la organización de la Marcha de los 4 Suyos, la expresión más sublime y suprema de la sociedad civil que el Perú recuerde.

Lo que comenzó con un grupo de estudiantes protestando en contra del autoritarismo del gobierno, desembocó en la participación más amplia de estudiantes de universidades e institutos de todo el país.

Es necesario que el país jamás olvide estos hechos que marcaron la historia del Perú, por ello en calidad de presidente de la Comisión de Asuntos Universitarios y de la Juventud del Ilustre Colegio de Abogados de Lima, propongo ante ustedes - así como existe un Día Nacional Juventud en la Argentina, el 16 de septiembre conmemorando la Noche de los Lápices o en Venezuela, recordando la Batalla de La Victoria el 12 de febrero - y por intermedio de nuestra Decana, se presente un Proyecto de Ley ante el Congreso de la República en el que se declare:

Día Nacional de la Juventud Peruana, el día 3 de junio

en conmemoración de aquella gesta de jóvenes estudiantes que salieron a las calles en defensa de la Democracia y Estado de Derecho, significó el inicio de la caída de la peor dictadura que hayamos vivido, dándole una lección de civismo y de compromiso con el país a todos los peruanos, así como en memoria de todos aquellos que fueron asesinados o desaparecidos por el criminal régimen.

Aquí le entregó señorita decana el proyecto de ley

Los jóvenes de Junio del 97, que lograron derrotar a la dictadura, ahora se encuentran diferentes organizaciones políticas o en sus actividades laborales o profesionales, quizás desempleados. Lo ideal hubiese sido o sería que se estructurase una propuesta política generacional, actual, que nos plantee un sueño que albergue la paz con libertad y justicia, que construya nuevas utopías, que responda a las verdaderas necesidades de nuestro pueblo, a los nuevos tiempos.

Esta generación, La Generación del 97 logró un asiento en el Consejo de Ministros, mediante la Ley Nº 27802, no puede, ni debe permitir que eliminen su voz en el gabinete. Por esa razón hemos interpuesto una Acción Popular ante el Poder Judicial, para quede sin efecto tal medida y se respete esa posición ganada, que por derecho nos corresponde.

Estos mismos jóvenes que logramos una Cuota Electoral Juvenil, por Ley N° 28869, que no sólo fue inspiración de una campaña presidencial, sino que fue un arduo caminar por más de 5 años. Nos propusimos lograrla para garantizar que nuestra voz se escuche mejor con nuestro voto, en los espacios donde se toman decisiones de gobierno. Aspiramos que esto sea en todos los niveles de gobierno.

Tenemos un gran reto, asumir próximamente las riendas de nuestro país, pero significa también que tenemos que seguirnos preparando, la historia registra el hecho del Junio del 97 como una verdadera lección de civismo a la nación entera. Porque tenemos que hacerlo mejor... mucho mejor, para que las próximas generaciones asuman a la patria como su casa, ya que solamente seremos, nosotros los peruanos, los únicos que haremos del Perú un país mejor.

Señoras y señores.


Referencias:
Diario El Comercio
Revista Caretas
Diario La República
Archivo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

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