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5) Quiero enfatizar en las expresiones urbanas, no tan enredadas con los cables o los switches, pero más conectadas con otros sentires e ideas ahogadas por la inmediatez de lo mediático, tecnológicamente hablando. En este terreno, solo queda por cuestionar la persecución de la que suelen ser objeto, lo cual pone en perspectiva la transgresión desde dos ángulos bien opuestos y aparentemente irreconciliables: desde lo criminal y punitivo y desde lo revelador y más libre.
6) Para finalizar, no dejaré de insistir en el derecho a la información y la expresión. El “Sí hay oportunidades”, debe ser un letrero tan común como el de “sí hay pan de cien”. Ustedes como ciudadanos no pueden permitir que abusen de sus omisiones para plantarles obligaciones incompresibles. Tienen derecho a preguntar, a saber qué hay o lo que no hay, a perder ese miedo por desaparecer si se levanta la mano en clase o se raya una pared. Pero, para no presionarlos con demasiados contenidos también deben exigir que se impulse su imaginación, su capacidad de crear, de criticar este mundo y afrontarlo con mayor decisión, o, si no es suficiente el valor, de inventar uno nuevo donde todo nos parezca menos imposible.
Juan Carlos Bermúdez
Director de REDCAMALEÓN
juanpillo@redcamaleon.com
Originalmente publicado en Red Camaleón: http://www.redcamaleon.com/index.php?option=content&task=view&id=904
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Nota: Este artículo integra el Nro. 9 de la Revista Virtual InterJóvenes
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