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En los albores de un nuevo milenio Printable Version PRINTABLE VERSION
by Eduardo Machuca Reeve, Apr 5, 2005
Child & Youth Rights , Human Rights   Opinions
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Este es un articulo de Eduardo Machuca Reeve. Estudiante de Derecho UCV. Secretario Nacional de DDHH de la Juventud Demócrata Cristiana. Vicepresidente de GENERACION DE PROGRESO, A.C. y Editor Regional de DDHH, democracia y buen gobierno de la Declaración del Milenio Venezuela.



Caminando en los albores del nuevo milenio la humanidad orienta sus pasos de forma imparable hacia el progreso. Son innumerables los adelantos, tanto a nivel científico y tecnológico, como a nivel cultural, político, económico y social. En las últimas décadas el desarrollo del conocimiento es cada vez más rápido, las nuevas tecnologías impulsan la globalización y la unificación de la sociedad de naciones. La evolución nos lleva ha dejar de ser ciudadanos de un determinado país, para convertirnos en ciudadanos del mundo. Ese nivel de desarrollo del cual gozamos actualmente, no se debe al transcurso de treinta o cuarenta años, sino que, es producto del devenir de varios milenios. Y dentro de ese devenir de la historia podemos observar momentos en los cuales han reinado las virtudes, y otros que por el contrario han sido días lóbregos para la humanidad. La propia Organización de las Naciones Unidas nace con motivo de la culminación de la segunda guerra mundial, y su antecesora la Liga o Sociedad de Naciones tuvo como presupuesto el primer acontecimiento bélico a escala mundial que ha padecido la raza humana en la era contemporánea. Como es bien sabido, el nacimiento de la Organización de las Naciones Unidas tuvo lugar el 26 de junio de 1945 en la ciudad de San Francisco en los Estados Unidos, al término de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Organización Internacional, entrando en vigencia la normativa de la Carta de las Naciones Unidas el 24 de octubre de ese mismo año. Posteriormente por Resolución de asamblea General, entra en vigencia en diciembre del año 1948 la declaración Universal de los Derechos Humanos, documento que ha servido de estandarte en la lucha por los derechos de la persona humana y para el desarrollo de sucesivas declaraciones en ésta materia a nivel regional. A pesar de los grandes esfuerzos y de los éxitos alcanzados la reliadad nos interpela diariamente. Más de 1000 millones de personas viven en pobreza extrema. Otros miles o cientos de miles sufren el flagelo de la guerra. La trata de seres humanos es un problema en aumento. La discriminación en razón del sexo, la cultura, la religión, entre otras causas, sigue latente, y lo que es peor aún, se agrava. La violación a los derechos humanos es constante, diría de forma poética Jesús Gómez López: “La esencia, la dignidad de la persona humana pisoteadas, la horrible noche de las matanzas no ha cesado aún! los ojos que nos miran gritan, que fácil pasamos del magnicidio al genocidio, las matanzas y masacres, desapariciones y torturas sin límite. De la oscuridad, de los escombros de la muerte, de la vorágine del dolor han de surgir la vida, la esperanza y la luz…Nada está quieto, todo fluye, todo cambia…y ahora por fin y venturosamente, le corresponde el tiempo al Amor!”Es por ello que la Organización de Naciones Unidas, con el objeto de darle cumplimiento a los principios contenidos en su Carta constitutiva y en la Declaración Universal de Derechos Humanos, a través de la Asamblea General, dicta en el año 2000 la Resolución que lleva por título La Declaración del Milenio. En dicha Declaración los Estados signatarios se comprometen al desarrollo de una serie de principios y propósitos necesarios para la consecución del bien común y de la justicia social en la comunidad de naciones. Se fijan en la Declaración del Milenio seis principios paróxicos que sirven de fundamento a los objetivos planteados por la Asamblea General. Dichos principios son: 1. La libertad -cabría traer a colación el concepto que nos brinda Arístides Calvani sobre la libertad: “La libertad es para el hombre, la manera protagónica de realizar su propio destino”-; 2. La igualdad; 3. La solidaridad; 4.La tolerancia; 5. El respeto a la naturaleza y; 6. La responsabilidad común.Posteriormente en la Declaración del Milenio se fijan una serie despropósitos. El primer propósito es la salvaguarda de la paz, la seguridad y el logro del desarme. Al respecto, para la conquista del anterior objetivo establece la Declaración lo siguiente: se debe” aumentar la eficacia de las Naciones Unidas en el mantenimiento de la paz y de la seguridad, dotando a la Organización de los recursos los instrumentos que necesita en sus tareas de prevención de conflictos, resolución pacífica de controversias, mantenimiento de la paz, consolidación de la paz y reconstrucción después de los conflictos…” El sostenimiento de la paz y la seguridad mundial pasa por el fiel cumplimiento del principio de la legalidad internacional. A nivel de Venezuela es preocupante el interés del actual gobierno de invertir a espuertas los recursos del Estado para la adquisición de nuevo armamento; es inaudito que mientras cientos de niños deambulan por las calles sin tener siquiera un mendrugo de pan, segaste millones de dólares en la compra de armas. El segundo objetivo es el desarrollo y la erradicación de la pobreza, y el tercer objetivo es la protección de nuestro entorno común. Dichos objetivos están necesariamente concatenados. La erradicación de la pobreza requiere el crecimiento de las economías de cada uno de los países, sobre todo aquellos que se encuentran envías de desarrollo, y la justa distribución de los recursos, dirigidos éstos de forma prioritaria a los sectores poblacionales más necesitados. Adicional a esto resulta perentorio la protección del medio ambiente. La humanidad debe centrar sus mayores esfuerzos en la búsqueda del crecimiento equilibrado y sustentable. El cuarto objetivo es la protección de los derechos humanos, la democracia y el buen gobierno. A pesar de las luchas libradas por siglos en aras de la libertad, todavía son innumerables los países dirigidos por regímenes dictatoriales o despóticos, sobre todo en países Africanos y del Medio Oriente.Actualmente la democracia y los derechos humanos corren grave riesgo en Venezuela. Libertades tales como la libertad de opinión expresión son restringidas mediante canales institucionales, penalizando incluso la simple disidencia, aplicando un sistema semejante al apartheid Surafricano a todo aquel que manifieste semanera pública su contradicción con el gobierno. La protección de las personas vulnerables y la atención a las necesidades especiales de África, constituyen el quinto y el sexto propósito de la Declaración. Por último, la Declaración del Milenio fija como objetivo el fortalecimiento de las Naciones Unidas. Cabría resaltar el esfuerzoque a éste respecto realiza el actual Secretario General de las Naciones Unidas Kofi Annan. Para ello es menester la transformación de la estructura de la Organización de las Naciones Unidas, pasando por vigorizar las competencias atribuidas a la Asamblea General como órgano representativo de los países miembros. Otro punto a revisares el derecho a veto con que cuentan los miembros permanentes del consejo de Seguridad; y la creación de un Fondo de Respuesta Inmediata para la atención de los desastres naturales u otros eventos que pongan en peligro a poblaciones humanas. Ya para concluir, reitero mi confianza en el mejoramiento del nivel de vida de todos los miembros de la familia humana. Las transformaciones sociales logradas deben profundizarse y perfeccionarse; la justicia social y el bien común internacional serán alcanzados siempre y cuando se deje atrás aquel viejo principio “Laissez faire, laissez passer”, defendido sólo por algunos epígonos del liberalismo clásico. Me parece pertinente traerá colación, algunas palabras de Rafael Caldera –quien fuera presidente en dos oportunidades de la nación venezolana-, que dicen su artículo titulado El Bien Común Universal y la Justicia Social internacional: “Hay un Derecho Internacional, es cierto. Hay una organización de naciones que a veces reproduce los episodios más característicos de la vida parlamentaria típica de una democracia puramente formal. Pero no existe conciencia clara de lo que representa y significa una comunidad internacional. La sociedad internacional parece, más bien, un certamen internacional de boxeo oda esgrima. La idea de bien común no ha sido trasladada al ámbito universal…”Es hora de más acciones y menos palabras, como diría el Secretario general de la Organización de las Naciones Unidas Kofi Annan. Es momento de aplicar la solidaridad internacional, principio éste bastante desarrollado y discutido. Es tiempo de comenzar a transitar unidos el camino de la nueva era que le toca vivir a nuestro planeta tierra.





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